Tanto los dispositivos de salida como los de entrada son llamados periféricos por el hecho de ser secundarios en las funciones de un ordenador. En efecto, la mayoría de ellos pueden suprimirse o intercambiarse por otros, a pesar de que en algunos casos nos parezca que son de gran importancia. El criterio que cabe entender en este punto es el hecho de que una computadora fue ideada con una arquitectura bastante definida, arquitectura que se centraba en la existencia de la unidad central de proceso como elemento principal. A lo largo del tiempo se ha visto como algunos dispositivos de salida fueron quedando obsoletos y necesitaron del remplazo de otro tipo más acorde. Un buen ejemplo de esta circunstancia puede ofrecerlo el modo en que una computadora ofrece los datos de una operación al usuario: ahora vemos esta información mediante el monitor, pero en las primeras computadoras se necesitaba de la interpretación de luces que parpadeaban, circunstancia observable en viejas películas.
Los dos dispositivos de salida más utilizados son sin lugar a dudas el monitor y los parlantes. Los mismos apuntan a dos de los sentidos más importantes en el ser humano para la decodificación de información, como lo son la vista y el oído. En el pasado, la posibilidad de que un periférico de salida ofrezca posibilidades de escuchar algo era considerada superflua puesto que la computadora era concebida meramente como un medio de realizar cálculos. Cuando se comienza a utilizar el ordenador con otros fines, como por ejemplo el disfrute de contenidos multimedia, este tipo de circunstancia cambia enormemente. En cuanto al monitor, si bien es cierto que tiene larga data entre nosotros, también es cierto que experimentó muchos cambios, agregando cada vez más posibilidades de representación de gráficos, circunstancia que seguramente continuará en el futuro pero con menos relevancia.
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